No sé si todo el mundo habrá visto la película "Olvídate de mí". El caso es que yo la vi hace poco y me hizo pensar mucho. Para aquel que no la haya visto diré que la idea principal es el poder borrar los recuerdos que tenemos de una persona y por lo tanto a la persona en sí, o borrar un hecho de nuestra vida y por tanto, un trocito de vida.
Nada más plantearse la idea en la película, pensé instintivamente que sería algo genial (tengo que borrar mucho odio sentimental), pero mi compañera de piso (Rosita) dijo llanamente: "Pues a mí no me gustaría". Me quedé quieta, y pensé. No suelo reflexionar... soy demasiado impulsiva a veces. Entonces empecé a darle vueltas.
Por un lado hay cosas que querría borrar: son malas, duelen, hieren el orgullo, te humillan, te entristecen... o qué sé yo. Pero, en realidad, si voy al baúl de los recuerdos y me pongo a ponerlo todo patas arriba me doy cuenta que de cada experiencia que denominaría "borrable", "muy borrable" o simplemente "moooooc" he podido aprender algo. Aprender, o cambiar de algún modo, o me sirven de referencia para no volver a equivocarme o equivocarme de forma más constructiva (no es tan malo equivocarse)... es decir, no necesito borrar esos recuerdos, los aprovecho por muy mal que lo pueda pasar en un principio (y más allá del principio) y eso me permite ser más positiva, más FELIZ . No soportaría quedarme anclada en esos recuerdos, si queremos borrarlos o superarlos (¿qué entiénde cada persona por superar?) con tanta avidez, realmente no hacemos avanzar nuestra vida para bien o para mal, puesto que siempre nos remitimos a esos mismos recuerdos.
Así que si alguna vez os proponen un tratamiento como este, yo me lo pensaría dos veces, porque no es muy agradable perder un trocito de tu vida. Seguro que esos recuerdos tenían sus momentos encantados en los que hay una bella durmiente esperando a que la visites y le des su beso rompe-hechizos de vez en cuando.